¿Qué son las calderas de condensación?

Son un tipo de calderas de gas de alto rendimiento basadas en el aprovechamiento del calor latente de condensación presente en los humos de la combustión. Fabrican agua caliente a una temperatura que ronda los 50 grados aproximadamente y con emisiones muy reducidas de CO2.

¿Qué diferencia hay entre las calderas estanca y las de condensación?

La principal diferencia entre las calderas estanca, es decir, las convencionales, y las de condensación es que las últimas aprovechan todo el calor generado cuando se enfría el vapor de agua en los humos que se desprenden de la combustión

En las calderas convencionales, una parte del calor es evacuada por los humos, lo que puede implicar una temperatura de unos 120ºC. Las calderas de condensación pueden recuperar una gran parte de este calor latente. Esta recuperación de energía reduce la temperatura de los gases de combustión hasta valores de 45ºC o inferiores.

 

Funcionamiento

El funcionamiento de este tipo de calderas es como su nombre indica, mediante un proceso de condensación. Su puesta en marcha genera dióxido de carbono y agua en estado gaseoso. Condensado, el calor proviene de los gases de combustión, generando una energía llamada “calor latente”. En las calderas convencionales, esta energía térmica se envía a la atmósfera por el humero con los gases quemados.

Dichos combustibles, contienen algunas impurezas tales como el azufre. En las calderas convencionales, estos gases procedentes de la combustión se expulsan a temperaturas superiores a 150 °C, para conseguir tiro térmico y para evitar que el agua se condense y forme ácidos sulfuroso o sulfúrico al combinarse con los óxidos de azufre. 



En las calderas de combustión, un menor uso de azufre, permite aprovechar la energía latente en el vapor de agua. Para ello, calienta el agua a de las calderas corrientes) y evacuar los gases a temperaturas inferiores a las de condensación a una temperatura máxima de 60-70ºC. Por otro lado, reduce el tiro térmico del conducto de gases y hace necesario utilizar un ventilador.

Principales ventajas

Son muchas las ventajas de este tipo de calderas frente a las convencionales. Es por eso que desde 2015, se aprobó la normativa europea ErP, donde solamente se comercializan y se fabrican calderas de condensación

Esta normativa obliga a que las calderas de hasta 70kW tengan unos rendimientos estacionales superiores al 86% que corresponden a una calificación energética, como mínimo de B.  

 

Eficiencia energética

Son el tipo de calderas más eficientes energéticamente hablando: consiguen rendimientos entorno al 100%. Consiguen recuperar el calor latente, cosa que el resto de calderas convencionales no hace. Reduce el número de gases contaminantes enviados a la atmósfera además del consumo de gas.

Gracias a su tecnología, consiguen un ahorro en torno al 25-30% del consumo de energía y reducen un 70% las emisiones de nitrógeno y dióxido de carbono.

Este es un punto muy importante ya que el impacto medioambiental del uso de la energía en el sector doméstico ronda el 25% de las emisiones de CO2 a la atmósfera.

 

Son más silenciosas

Funcionan sin paradas evitando un sonido de encendido y apagado excesivo. Además, su ventilador mezcla el aire y gas de manera modulante, adaptándolo así a la cantidad de combustible quemado.

 

Ahorra en tu bolsillo

El ahorro energético va de la mano de un ahorro económico: a diferencia de las calderas convencionales, éstas permiten notar un ahorro en tu factura cada mes, lo que hace que la inversión en la compra se amortiza en pocos meses. 

 

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