La asesoría de comunicación comienza por una investigación, análisis e interpretación de los diferentes públicos de la empresa para saber sus necesidades y expectativas sobre esta. Cada caso es diferente, y por lo tanto este proceso es complicado y requiere mucha atención ya que en muchas ocasiones las empresas no tienen una imagen clara de su público ni de los posibles públicos a los que podría llegar, pero no está llegando. Es por esto, que muchas empresas recurren a las asesorías de comunicación ya que estas tienen una visión global de los diferentes públicos y conseguirá realizar un análisis de los objetivos de comunicación que se podrán alcanzar.

Hay que analizar la situación comunicativa en que se encuentra una empresa: que y como lo está haciendo y, una vez se hayan detectado los problemas y disonancias entre los públicos y la empresa, se plantean los objetivos de comunicación e imagen. Para llegar a estos objetivos se planificaran los mensajes que se emiten para buscar el acercamiento entre ambos. Si este proceso se hace correctamente, las necesidades del público no solo se verán alcanzadas, si no que se anticiparan.

Una buena asesoría de comunicación consigue mejorar la imagen de la empresa mediante la gestión de la agenda de comunicación, el asesoramiento en la planificación y toma de decisiones estratégicas, la exposición y explicación de los mensajes de la compañía… Estos elementos de deben saber combinar y cohesionar para conseguir buen resultado.

Una buena asesoría estratégica también sabe combinar los diferentes recursos a su alcance para hacer más visible y por lo tanto más exitosa a la empresa.